Fundamentos de la banca central y de la libertad bancaria
«El sistema escocés desarrolló una serie de características que pronto lo distinguieron de los sistemas de otros países.
Había una fuerte competencia entre los bancos, que mantenían estrictamente la práctica de compensar los billetes de banco entre ellos con regularidad. Hacían compensaciones dos veces a la semana y liquidaban los saldos inmediatamente. Los bancos adoptaron una organización mediante sucursales casi desde el principio y, en comparación con otros países, el desarrollo de la banca de depósitos y de las técnicas de préstamo fue mucho más rápido… En 1826 había, además de los tres bancos con ley especial (con 24 sucursales), 22 sociedades bancarias por acciones (con 97 sucursales) y 11 bancos privados, mientras que en Inglaterra se estaba todavía aprobando la legislación que permite establecer sociedades bancarias por acciones y el Banco de Inglaterra no había abierto siquiera una sucursal…
La estructura escocesa de instituciones sólidas, libres de interferencias legislativas, con una banca de depósitos ya muy desarrollada —su éxito manifiesto y sin los excesos que llevan a la suspensión de pagos— no podía dejar de impresionar a los ingleses en un momento en el que sus bancos de provincias se estaban hundiendo».